Ser consumista es inevitable, a no ser que cambiásemos el sistema actual, es una realidad en la que necesitamos ser muy conscientes de la dinámicas que a veces caemos. ¿Consumimos porque lo necesitamos?
¿Consumimos productos que a lo mejor no necesitamos?
La publicidad, cada vez más centrada en las emociones, ejerce un poder sutil de provocar necesidades que a lo mejor no necesitamos realmente, de alguna manera caemos en un consumismo automático y en el peor de los casos, un consumismo compulsivo, muy asociado a compensar déficits emocionales.
En este sentido, desarrollar la conciencia de lo que hacemos puede ayudar, y también ir cultivando una actitud de AHORRO, es decir, poner la atención en aquello de lo que consumo si puede ahorrar u obtener lo más económico.
Así pues ir con la actitud de Ahorrar en cada compra nos puede ayudar a ser más conscientes de nuestro consumismo y a la vez ir modelando nuestra relación con el dinero.
AUTOR: BENJAMÍN ESPAÑOL